martes, 28 de mayo de 2013

Semillas de Conciencia I



Imagínate la Conciencia como una casa de dos plantas:

La primera es la Mente Inconsciente o Conciencia Almacén. Ahí están todas nuestras experiencias pasadas en forma de semilla. Aquello que hemos hecho, pensado o sentido a lo largo de nuestras vidas.

La segunda es la Mente Consciente, que es nuestra Conciencia Ordinaria     y podemos representar como un salón.


Las formaciones mentales como el enfado, el miedo o la crítica descansan en nuestro Inconsciente o Conciencia Almacén en forma de semillas. Tenemos semillas de desesperación y sufrimiento y semillas de amor y comprensión. Tenemos semillas de todas las experiencias que hemos vivido e incluso de las que no hemos vivido.


Las semillas están ahí hasta que oímos, vemos o pensamos algo que dispara la semilla a brotar en nuestra Mente Consciente. Otra forma de ejemplificarlo es como cintas de vídeo. Cuando un estímulo dispara uno de estos estados, por ejemplo el enfado, la cinta de vídeo del enfado entra en nuestro salón. Si una vez ahí yo me siento a ver la película del enfado una y otra vez, el enfado vuelve como una planta fortalecida a la Conciencia Almacén, de manera que cada vez es menor el estímulo necesario para que yo me enfade.


La mayoría de nuestro tiempo vamos por la vida en Piloto Automático, que es como ir inconscientemente mientras la Conciencia Ordinaria está pensando en cualquier cosa. Por ejemplo cuando vamos conduciendo nuestro Inconsciente se encarga de que lleguemos a casa sin chocarnos mientras nuestra Mente está ocupada rumiando nuestros problemas. Ahí la Mente y Cuerpo están desconectados y somos vulnerables a los efectos de la mente: toda semilla de sufrimiento es bienvenida para hurgar en nuestras heridas. 


¨Somos responsables de lo que cultivamos en nuestras vidas a través de las semillas que alimentamos con nuestra atención¨

Por ello, tenemos el poder de elegir cómo queremos que sean nuestras vidas desde el momento en que podemos elegir a qué estados le prestamos atención. Si en la mayor parte de mi día le dedico mi atención y mi energía al enfado, si paso la película del enfado una y otra vez en mi Conciencia Ordinaria, esas serán las plantas que estaré nutriendo y eso será lo que viviré mañana. Si por el contrario le presto atención a la comprensión y a la serenidad, eso será lo que seré mañana.

Pese a esto, también tenemos la responsabilidad de sanar nuestras propias heridas y podemos hacerlo de manera fácil a la luz del Mindfulness... (Continúa )











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